A los 105 años falleció doña Chalía

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El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) a través de su coordinadora general, Berta Oliva, lamenta la partida física de María Rosalía Vásquez Molina, doña chalÍa.

El viernes 24 de enero a los 105 años de edad partió del plano terrenal doña Chalia como la llamaban cariñosamente sus familiares y conocidos cercanos, era madre del compañero y amigo Félix Antonio Molina, quien es un destacado periodista y un incansable luchador por mantener viva la memoria histórica del país a través de sus escritos.

Desde el exilio, Félix en su cuenta de Facebook dio a conocer la noticia del fallecimiento de su madre y escribió «PARA NACER HA VIVIDO».

Seguidamente agregó «Nuestra Madre Chalía, con la voluntad del Padre y la Madre celestiales, decidió vivir la experiencia de la vida durante 105 años desde el 20 de enero de 1920. Fue testiga casi de dos guerras mundiales, sobrevivió al cólera y a la desigualdad, procreó con su esposo 14 hijas e hijos, el último nacido en 1966, y pasó encima de la Covid-19 en 2024».

Doña Chalía entregó su alegría universal a los seres luminosos que ya días venían a invitarla a viajar para reencontrarse con otras personas siderales que ella ama, rodeada de su macolla copaneca, en su amado departamento de Lempira donde nació, escribió nuestra amigo y compañero Félix Molina.

Agrega en su escrito que «cuando escuchen las campanas piensen en esta mujer de espiritualidad mariana profunda que cura con sus manos, con hojas y tallos, con su rosario y su oración poderosísima; si se encuentran con flores, ella es una. Mi Madre Chalía es poesía y nos ordena ser felices hasta el final de los tiempos».

Finalmente compartió que «como todos los años de mi exilio, ella siempre cruzó la línea fronteriza para llegar a saludarme en cualquier proximidad de Centroamérica y yo crucé hielo y estepas para abrazarla en su cumple. Excepto este viernes que nos habíamos citado en territorio de Guatemala…. No vino».

Doña Chalía hoy parte de este plano terrenal para disfrutar del descanso eterno, desde donde seguramente seguirá cuidando a su familia como lo hizo durante estos 105 años que vivió en la tierra, contagiando a todos con su alegría y con su particular forma de ver la vida y hacer las cosas.

La familia del Cofadeh abrazas a sus hijos, nietos, familiares y amigos, que en algún momento de su vida compartieron con daña Chalía.

Hasta siempre