A dos meses de su asesinato, familia de Pablo Hernández exige justicia y castigo para los culpables

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Tegucigalpa.- “Los que le conocieron le recordarán cómo un hombre esbelto, sencillo, ¡¡¡con corazón de un verdadero indígena de tierra dentro de manera distinguida!!!  ¡Airoso!  de carácter dulce y comunicativo, siempre con la sonrisa a flor de rostro, y que sabía, sin embargo, ser también dominante y audaz, amante de las letras y la música que venía de la madre naturaleza que Dios ha creado”, son las palabras que escribió en redes sociales Luis Hernández, hermano de Pablo Hernández, defensor de derechos humanos y comunicador social al cumplirse dos meses de su asesinato.

hermano pablo“Él era descendiente de los campesinos que aman a la madre tierra y cultísimo… su nombre es Pablo Isabel Hernández Rivera, sus compañeros y amigos le llamaban “EL INDOMABLE” Y “EL ÁGUILA”. Nació el 1 de agosto de 1987 en una humilde e ilustre familia de origen Lenca, el torbellino de la revolución no lo arrastró, él era parte de ese torbellino y desde mucho antes q naciera, Dios le había destinado cómo un verdadero profeta a cumplir una misión, reconocido por su pueblo caiquineño y de la parroquia San Matías apóstol”, agregó en su escrito el hermano de Pablo.

Luis expresó que hoy el legado de Pablo y su valentía por combatir y desafiar el sistema corrupto, para defender a los más necesitados de su pueblo, lo recordaran por siempre.

“Té recordarán hasta el día en que haya justicia terrenal y espiritual, cuándo el rey de reyes vuelva por segunda vez por sus elegidos… vives por siempre Pablo Isabel Hernández Rivera … “el águila” “el indomable” un abrazo asta cielo hermano”.

Ya han pasado dos meses del asesinato del defensor, comunicador social y líder lenca de Lempira, cuando iba a celebrar la palabra de Dios en su comunidad Tierra Colorada, San Marcos de Caiquin en el departamento de Lempira.

Ese día Pablo no pudo llevar la palabra de Dios a su pueblo porque las balas de las personas que estaba en contra de sus ideales y de la organización de todo un pueblo, para conocer sus derechos, se lo impidieron.

Dejando cuatro niños de edades de diez años, seis, dos y un bebé de apenas cuatro meses, a estos niños les quitaron la oportunidad de crecer al lado de una familia, de caminar al lado de su padre y disfrutar de sus consejos y su amor.

Hasta la fecha no hay una investigación por parte de las autoridades que lleven a la captura de los autores materiales como intelectuales del condenable asesinato del auxiliar de la vara alta de Lempira.

A dos meses de su vil asesinato, su familia junto al Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (Cofadeh), exige justicia y que se castiguen tanto a los autores materiales como intelectuales de su crimen.