Por Marvin Palacios
Tegucigalpa.- El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), experimenta en carne propia, cómo los espacios destinados a la memoria histórica están siendo amenazados, con el propósito de ocultar la verdad y negar justicia en torno a las graves violaciones de derechos humanos cometidas en el pasado.
Desde hace casi 36 años, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) realiza el primer viernes de cada mes, un plantón en la Plaza de los Desaparecidos (Plaza La Merced) de Tegucigalpa, para demandar al Estado verdad y justicia para los detenidos desaparecidos por razones ideológicas, en las que participaron agentes del estado hondureño.
Desde el 2017 a la fecha, hemos visto cómo las obras de restauración de lo que en su momento fue la Galería Nacional de Arte, que pertenece a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) avanzan con mucha lentitud, trayendo consigo que el comité no pueda desarrollar la actividad dedicada a la memoria histórica sobre las desapariciones forzadas.
Por otro lado, dicha plaza se destina ahora por parte del gobierno a ventas de artículos de consumo de primera necesidad, miniferias y ventas de comidas, lo que reduce el espacio que por más de 35 años, el COFADEH ha destinado para sus demandas en el derecho que le asiste a la libertad de expresión y de asociación.
Lo que es más grave aún, es que a lo largo de estos años, las integrantes del comité que despliegan las mantas de los rostros de los desaparecidos el primer viernes de cada mes, han venido siendo víctimas de insultos y amenazas por parte de desconocidos y desconocidas.
En los últimos años, estas intimidaciones se han acrecentado, poniendo en riesgo la integridad física de los miembros y miembras del COFADEH. Es inaudito incluso, que agentes de la Policía Municipal, Policía Preventiva y de la Policía Militar del Orden Público (PMOP), pregunten, cada vez que se realiza la actividad, ¿de qué se trata el plantón?, lo que indica que el régimen está interesado en borrar la memoria histórica sobre las desapariciones forzadas ocurridas en la década del terror que vivió la nación.
Para citar algunos ejemplos, el viernes 4 de mayo de este año, policías militares irrumpieron en la Plaza La Merced con cámaras fotográficas en actitud intimidante. La compañera Noemí Pérez, hermana del estudiante desaparecido en 1982, Samuel Pérez, que participaba en la actividad, reclamó la presencia de los agentes uniformados y la toma inconsulta de fotografías.
Uno de los efectivos manifestó: “Nosotros fuimos alertados que aquí están participando personas reconocidas de las manifestaciones contra el gobierno”.
“Antes de marcharse yo les demandé a los policías que borraran las imágenes que habían hecho sin previo aviso, porque sabemos que los registros fotográficos de la policía sirven para perfilar a futuras víctimas de ejecuciones sumarias o de campañas de criminalización por los medios al servicio del régimen”, describió Noemy en defensa de 20 familiares de víctimas presentes en la actividad de memoria.
“Nosotras formamos parte de este paisaje del centro histórico de Tegucigalpa, donde hemos reclamado desde siempre, verdad y justicia contra los civiles, policías y militares responsables de la desaparición forzada de nuestros seres queridos”, dijo en aquella oportunidad la defensora de derechos humanos y miembra del Cofadeh.
“Pero me dijeron que no podían borrar las fotografías, porque eran órdenes de sus jefes”, puntualizó.
En un reciente suceso ocurrido el viernes 2 de noviembre de 2018, un sujeto no identificado expresó de forma iracunda a las personas que se encontraban en el plantón que «eran ñángaras», añadiendo que «en los años ochentas los dejaban tirados en la montañita, pero que ahora era más fácil tirarlos en cualquier parte», esto tomando en cuenta los incidentes anteriores, es una clara amenaza para las personas que desde hace mas de 35 años siguen exigiendo verdad y justicia.
El 30 de agosto de 2012, el COFADEH edificó un monumento a la memoria en el lugar conocido como Las Vueltas de Jacaleapa, carretera al oriente del país. La estructura metálica que representaba a “una mujer sosteniendo el mundo , con una paloma de la paz”, fue tiroteada en innumerables ocasiones; hasta el punto de arrancarla y desaparecerla por completo.
El monumento se había erigido en el sitio donde se localizó un cementerio clandestino que fue exhumado en 1995, ubicado a 5 kilómetros de la ciudad de Danlí, departamento de El Paraíso. El monumento “desapareció” del lugar, cincuenta días después de su inauguración.
Por todo lo anterior, el COFADEH hace del conocimiento de las autoridades sobre estos incidentes que ponen en peligro la vida de las integrantes del COFADEH y que vulneran los derechos humanos contenidos en la Constitución de la República.
Es tanto el retroceso que ha experimentado la nación, después del golpe de estado de 2009 y el golpe electoral de 2017, que los espacios destinados a la memoria histórica están siendo amenazados.