3er manifiesto del movimiento de mujeres feminista y de todas las que desafiamos la impotencia y el dolor

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Tegucigalpa.

Hoy es   un  día  de septiembre.   Este día  no deberíamos   estar  haciendo   esta  conferencia,   si no celebrando   la llegada  de las lluvias,  el color de las flores, los desfiles  de los niños  y niñas,  celebrando  la independencia    de un país con nombre  de mujer que  no  acaba  de  nombrarse,    pero   que  nosotras,   habitantes    de  sus  tierras   hemos   decido   llamarle   matria.   Nosotras, denunciamos   con todas  nuestras  fuerzas  que no tenemos  razones  para celebrar  ni independencia,    ni democracia,  ni libertad para nadie  y menos  aún para  las mujeres  de estas Honduras   que no se termina  de caerse  porque  nosotras  insistimos  necias en  defenderlo.   Esto  nos  ha llevado   hasta  aquí,  hasta  esta  mesa  y hasta  muchas   otras  que  habrán   en  todo  el país  para denunciar:

Que nos rebelamos  ante la intimidación,  agresiones  amenazas  y criminalización   de la que somos  objeto debido  a esta labor de defensa.  Nos rebelamos   ante  las 1,700 criminalizadas    por  procesos  de tierra  y defensa  del territorio   que  reporta  la Vía Campesina   en los últimos  5 años.  Esto da un porcentaje  de 340 mujeres  por  año, es decir  que en promedio,   en el año una defensora  es criminalizada   por su labor  relacionada   con la defensa  de los derechos  humanos,   de la tierra  y de las mujeres. Gladys  Lanza compañera   infinita,  murió  con una condena  por denunciar   un hecho no reconocido  por las autoridades¡   pero si por nosotras  y por la conciencia  del pueblo  hondureño.   No siempre  lo que la Ley aprueba  es lo justo,  porque  legal fue la esclavitud   y  el  sometimiento    de  las  mujeres   por  muchos   años.  Legales   son  los  procesos   que  mantienen    a  muchos hondureños    y  hondureñas    pobres   en  las  cárceles  o que  hacen  que  encarcelen   a una  mujer   por  aborto,   mientras   los principales   criminales  y agresores  del pueblo  hondureño   gozan  de condiciones   especiales  o de libertad.

Nos  rebelamos   ante  las  agresiones   sufridas   por  las  compañeras   Hedme   Castro  y Tommy   Morales   de  ACI Participa   y ASOPODEUH  respectivamente   en su labor de defensa  del estudiantado,    así como las amenazas,   intimidación   y difamación de la labor de las compañeras   Merly Eguigure,  [essica Sánchez  y Patricia  Riera, exigiendo  no solo una  respuesta   al Estado, si no el despliegue   de las medidas   necesarias  para  salvaguardar    su integridad   y su vida,  así como  la respuesta   inmediata al mecanismo  de protección  de la Ley de Defensores/  as, periodistas,   comunicadores   y operadores/   a de justicia, puesto  que una respuesta  tardía  no es de ningún  modo  una respuesta.  Nos rebelamos  ante la criminalización   de las compañeras   Miriam Miranda  de OFRANEH,  Albertina   López  y Wendy  García  de la comunidad   de Pajuiles  y por último  Suyapa  Martínez  del Centro  de Estudios  de la Mujer  con una  demanda   injustificada   por  parte  de DESA y declaramos    que  todo  ataque  contra una  defensora   o una  mujer  por  su razón  de género  es una  agresión  en contra  del movimiento   de mujeres  y feminista   de Honduras.

Nos rebelamos  ante los femicidios  que siguen  creciendo,  pero  mucho  más allá de la simple  contabilización   de casos, lo que aumenta  es el horror  y la saña con que son cometidos.  En el presente  año suman  aproximadamente    250 casos de acuerdo  a datos  de las organizaciones   de mujeres,  bajo la etiqueta  de crimen  pasional,  crimen  por  amor  o vinculación   con el crimen organizado   entre otros. Todo femicidio  es político  y dentro  de ellos se encuentran   los casos de las 10 mujeres  defensoras  de la tierra,  el ambiente  o de derechos  de las mujeres  ocurridos  en los últimos  cinco años.

Condenamos   los femicidios  ocurridos   en septiembre   donde  destacan  los de Sindy  Moneada  Hernández   de 24 años  y Seidy Melissa  Laínez  de 18 años,  integrantes   de la colectiva  lésbica  Ixchel catalogados   por  nosotras   como crímenes  de odio,  así como condenamos   el femicidio  de María  Inés Rodríguez   de Santa Ana  de Yusguare,  quien  fue encontrada   con vida  y no fue posible  la ayuda  policial  inmediata   para  salvar  su vida  debido  a que  estos operadores   de justicia  no pudieron   llegar  al lugar  por «encontrarse   desvelados»   de acuerdo  a testimonios  brindados   por la Red de Mujeres  de Choluteca.

Condenamos    a un  Estado  y su estrategia   de seguridad   que  toma  en cuenta  el registro  de cientos  de mujeres  reportadas como  desaparecidas    o encontradas    en fosas  comunes,   como  en el caso  del  cementerio   clandestino   de El Lolo. Tenemos conocimiento   que son decenas,  pero  el Gobierno  se empeña  en negar  esa problemática,   casi tanto  como el desplazamiento forzado  no solo por violencia,  si no, por agresiones  directas  contra  defensoras.

Sabemos  que nuestros  casos son uno  de muchos¡  pero  que existen  muchos  más,  que  se esconde  tras la valla  del silencio  o el miedo.  Sabemos  que  las compañeras   están  allí y sufren  violencia¡  que callan  por  temor  a ser criminalizadas,    hostigadas
o perseguidas,   aún  a veces por sus propios  compañeros.   Para  ellas nuestro  mensaje:  estamos  con ustedes  en pensamiento y acción a la hora que nos necesiten.

Declaramos  que seguimos  en pie de lucha  ante un Estado  indiferente   que ha hecho  pocas  acciones  de justicia  y reparación. No queremos   más operaciones   Déborah   con algunos  capturados,   pero  pocos  judicializados,    no queremos   más  Ciudades Mujer que no se ocupen  de las necesidades   reales  de las mujeres,  no queremos   más políticos  utilizando   el presupuesto   de las  mujeres  para  su campaña   proselitista.   No  queremos   más  mecanismos   de  protección   con  respuestas   tardías  para  las defensoras,    así  como  no  queremos    funcionarios    o  funcionarias    públicas   al  mando   de  puestos   de  Dirección   que  no respondan   a la población  que  se deben.  No queremos   más excusas.

Demandamos   a los entes competentes, incluido  el Instituto Nacional de la Mujer, Secretaría  de Desarrollo  e Inclusión Social, Sub secretaría  de Derechos  Humanos,   Tribunal  Supremo Electoral,  entre  otros una  auditoría social de su presupuesto, para que  este no sea gastado  en actividades   de clientelismo político  con  las mujeres. De la misma  manera exigimos  que  esta auditoría   se extienda  hacia todas las municipalidades  y que el Estado deje de crear  redes  paralelas  de mujeres  disfrazadas como parte  del movimiento   de sociedad  civil, para  agredir  y descalificar  el trabajo  de las redes  del movimiento   de mujeres y feminista,   obstaculizando    el ejercicio  de los  derechos   de todas  las mujeres  y realizando   labores  de política  partidaria, particularmente    con la utilización   del Bono 10,0000 y el Programa  Vida mejor.

Nos  declaramos   en rebeldía   ante  las concesiones,   las  ocupaciones   de  territorio,   las  criminalizaciones    por  exigir  nuestro derecho  a la tierra,  al agua,  al aire, a tener  una  vida  digna,  sin violencia,  una vida  en libertad.  Una vida  donde  nuestra  voz sea como el río que corre  sin censuras,   sin represas,   ni mineras  que  apaguen   esas voces.  Nos  declaramos   en rebeldía  ante las respuestas   militares  o policiales.  No son las que  queremos,   ni las que  necesitamos.   Somos  movimiento   y vida,  somos matria  que  exige una  respuesta   integral.   Estamos  hartas  y cansadas   de demandar    ante  un  Estado  ciego,  mudo  y  sordo.
Demandamos   respuestas  integrales   y no parches,  demandamos    respuestas   ante  nuestras   rebeldías,   demandamos    respeto
-y-protección,    demandamos     el  legítimo   lugar   que  nos  corresponde    como   ciudadanas    de  esta   tierra   en  permanente
resistencia.

No somos un tema, ni una  problemática.   Nadie  nos paga  por nuestra  labor  de defensoría,   esa la hacemos  porque  queremos y estamos  políticamente   comprometidas    con ella. Seguiremos   aquí, cansadas,  golpeadas,   heridas,  pero  no vencidas,  dando la lucha,  alzando   nuestra   voz,  compartiendo    preocupaciones    y  sonrisas,   esperanzas.    Seguiremos   todas  en movimiento porque   como  diría  Visitación   Padilla  en tiempos   antaños:   la Matria  no  se alquila,  la Matria  no  se daña,  la matria  no  se vende.    Nosotras  somos  la Matria.

Dado  en la ciudad  de Tegucigalpa,   Choluteca,   Copan,  La Ceíba,  San Pedro  Sula  y en todos  los territorios   donde  existan mujeres  en rebeldía,  a los 14 días del mes de septiembre   de 2017.