“Sufro por mis hijos criminalizados en la UNAH”

-Los jóvenes criminalizados en la UNAH son acompañados por sus padres y madres en este proceso que afecta a toda la familia, sobre todo cuando los llaman “vagos” o “delincuentes”. En su mayoría los y las líderes estudiantiles son “excelencia académica”.

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Por: Sandra Rodríguez

Cientos de jóvenes se apostaron hoy en la entrada principal de la Ciudad Universitaria en Tegucigalpa, cuando eran las once de la mañana estaba listo el sonido, algunos jóvenes con su mochila en la espalda pegaban afiches con el rostro y nombre de los 23 criminalizados. Mientras otros con su rostro cubierto portaban rótulos escritos a mano con el nombre de cada estudiante que mañana deberá presentarse a una audiencia de descargo.

Apenas había acceso para que la prensa hiciera sus mejores tomas, ya que la solidaridad estudiantil hizo un espacio gritar consigas y apoyar a jóvenes criminalizados por las autoridades de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, UNAH, quienes los señalan responsables de una toma la noche del 24 de mayo, cuando exigían la libertad definitiva para Sergio Ulloa (Trabajo Social), Moisés Cáceres (Sociología) y Cesario Padilla (Periodismo), que luego fueron condenados por el tribunal dela Sala IV de Juicios Orales y Públicos de la Corte Suprema de Justicia, CSJ, 07 de junio.

El grupo de estudiantes criminalizados convocaron este día a una conferencia de prensa para denunciar la constante persecución que enfrentan desde hace varios años, con expulsiones en el 2015, criminalización contra los tres estudiantes en el 2015, judicialización contra 75 en el 2016 (incluyendo otra vez a Ulloa, Cáceres y Padilla), y ahora contra 20 en cuenta el periodista Ronnie Huete que cubría las acciones de protesta.

IMG_20170615_111748[1]Demandaron un cese a la militarización, vigilancia e infiltración de parte de las autoridades de la UNAH y la Agencia Técnica de Investigación (ATIC), como lo declaró la agente Norma Garay en el juicio del pasado 7 de junio. y el jefe de seguridad mixta de la UNAH, el militar en retiro Roger Aguilar también declaró haber identificado a los jóvenes en las tomas.

Una madre pidió la palabra y afirmó que “Yo sufro por mis hijos criminalizado en la UNAH, a ellos los he formado desde el hogar para que luchen por sus derechos, nadie tiene que decirles o dirigir sus vidas, la criminalización de los estudiantes me duele”.

Y este dolor lo acarrea desde el año 2010, cuando entro el mayor a estudiar en el Alma Mater, y la persecución no se hizo esperar, pues son jóvenes consientes y solidarios y por eso han sido criminalizados, afirmó la madre que prefirió omitir su nombre.

Como madre de familia ando cargando un dolor desde el 2010, dos hijos míos van audiencia de descargo, y si van a firmar -como medida sustitutiva a la prisión- a los juzgados no entiendo porque también aquí los requieren.

Me siento apesarada con todos los estudiantes, ellos no son vagos ni delincuentes, son estudiantes que se dan a la lucha y solidarios por los demás. Estamos llamados a dar un buen ejemplo. Parece que Julieta Castellanos no tiene dolor, porque reprime a los estudiantes y parece que no les importa. Yo crie a mis hijos sabiendo que deben amar y darse a los demás, y por eso hoy son criminalizados, puntualizó la madre que además hizo un llamado a los medios de comunicación y al mismo presidente de la republica Juan Orlando Hernández, para que -antes de juzgarlos- conozcan las historias de los universitarios que luchan por una universidad donde se les respete sus derechos.

Peor que en la década de los 80

IMG_20170615_120109[1]Entre los criminalizados hay hijos de docentes de la UNAH, que siguen una línea de lucha por la defensa de los derechos humanos. Ahí estaba la profesora Blanca Celia Barahona, quien expresó que esta es una situación muy triste que trae dificultades no solo en el aspecto académico de los jóvenes sino en el hogar.

La profesora pidió perdón a la juventud, por tanta represión pues nunca se había visto tanta barbarie “He pedido perdón a los estudiantes como miembro de la comunidad universitaria, he estado en siete rectoriales y nunca se ha dado esta barbarie”.

Son casi cuatro décadas en la UNAH, y nunca hubo este escenario, pues lo que sucedía en los 80 no tienen comparación, veo un Hitler, un Musolini, un Videla, monstruos enmascarados, podrá ella tener un grupo de personas que imponen el miedo, pero nunca la moral, el coraje y la dignidad de los estudiantes, concluyó la docente.

También dio declaraciones el histórico defensor de derechos humanos y periodista Félix Cesario, afirmando que es algo anti biológico ser joven y no ser revolucionario, formé a mi hijo como una persona completa, un periodista con ética, y estoy dispuesto a acompañarlo siempre, refiriéndose a Cesario Padilla, cuya persecución data desde el año 2013, y ahora le individualizaran la condena el 27 de julio, tras ser declarado culpable -junto a Sergi y Moisés- por el delito de usurpación en el año 2015.

Veo una universidad policiaca porque los guardias andan armados. Y a la rectora Julieta Castellanos le expresó que “no minimice la capacidad de pensar y actuar de los jóvenes”.

Las tácticas en torno a los años ochenta han cambiado, pues antes los desaparecían ahora los criminalizan, está Roger Aguilar -jefe de seguridad de la UNAH- un 3-16 un criminal de un escuadrón de la muerte que sigue vivo, cuyas acciones ahora se han parado un poco, porque están las organizaciones defensoras de los derechos humanos como el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).

También agregó que “me avergüenza el trato hacia los estudiantes, y que Julieta Castellanos haya tratado de faltos a la verdad a la Oficina del Alto Comisiona de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos en Honduras (OACNUDH), ella cree que poniendo el miedo va frenar las acciones de los estudiantes de exigir sus derechos.

Los y las estudiantes mañana van a audiencia de descargo, han solicitado acompañamiento de las organizaciones de derechos humanos, y el próximo jueves 22 deben ir a audiencia inicial, en los juzgados de Comayagüela.