Tegucigalpa.- En un acto conmemorativo de un aniversario más, el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras, realizó el conversatorio y exposición temporal “COFADEH, 42 años de Lucha”.
La actividad se realizó en el Museo de la Memoria, ubicado en la antigua Casa Presidencial, y fue organizada por el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH) y el Instituto Nacional de la Memoria Histórica (INMH).
Como exponente participaron el delegado del Poder Popular, Sergio Rivera; el director del IHAH, Rolando Canizales; Jorge Amaya director del INMH y la coordinadora general del COFADEH, Berta Oliva.
Los panelistas contextualizaron la histórica década de los 80, que dejó más de 184 personas desaparecidas y decenas de asesinados políticos, y la lucha del COFADEH por más de 40 años.
“Los desafíos que hemos enfrentado son enormes, pero también las esperanzas han sido fuertes”, comenzó señalando la coordinadora general del COFADEH, Berta Oliva, quien a la vez agregó que en ese tiempo, en la década de los 80, realmente no se podía hablar de impunidad de los años.
Indicó que eran acompañadas por madres, madres que ya no están con nosotras, pero que las alimentaban en la lucha y que además las cuidaban porque había muchos jóvenes que podían tener la misma suerte de sus hijos e hijas.
“Era hermoso, era duro, pero tenía un mandato de Tomás Nativi. Sus últimas palabras, sé fuerte amor mío, tal vez te dejan viva para que puedas luchar por nosotros”, recordó la coordinadora del Cofadeh.
También recordó que cuando se disponíamos a hacer los trabajos de búsqueda en los cementerios clandestinos, “doña Fidelina Borjas siempre nos decía vamos a hacer y buscar a todos, aunque no esté el mío, aunque no encuentre el mío, pero otras lo harán por mí cuando ya no esté”.
Asimismo señaló que fueron diez años de protesta, donde nos hicieron cualquier cantidad de groserías los agentes militares que cuidaban a (Roberto) Suazo Córdoba y que desde aquí (antigua Casa Presidencial) se ordenaba a quién mataba, a quién desaparecían, a quién torturaban, a quiénes perseguían.
“El tema es que resistir a eso no era tarea fácil, pero la ruta estaba definida, era no permitir ni que se mercantilizaran las víctimas ni que pasaran al olvido y esa era una apuesta de la tiranía”, sostuvo Oliva.
Agregó que vivir esa tiranía no era fácil, pero claro, teníamos la posibilidad de movernos y que teníamos también gente que nos acompañaran. “Por ejemplo, cuando se decide formar y formalizar al COFADEH, como un espacio de reclamación de familias, no crean que fue la decisión de una sola persona, también eran de hombres que nos acompañaban”.
Mencionó, por ejemplo, a Víctor Meza, al doctor Ramón Custodio López y Adán Palacios, quienes nos reunían, nos bendecían y nos animaban a fortalecernos y a luchar.
Asimismo manifestó que enfrentaron el estigma, donde les hablaban de los poderes fácticos, pero “yo he dicho que nosotros hemos estado controladas por tres poderes en nuestro país. El poder oculto, el poder fáctico y el poder formal que tienen los sellos. Esos son los tres poderes que nos tocó enfrentar en aquel momento”.
El director del Instituto Nacional de la Memoria Histórica, Jorge Amaya, expresó que en aquel momento había dos contextos, uno es el contexto de la guerra fría entre Estados Unidos y la Unión Soviética, y luego entre el impacto que provoca la Revolución cubana y la Revolución Sandinista de mil novecientos setenta y nueve.
A nivel interno, señaló Amaya, es que se da una transición democrática, que es reconocido como un retorno a la democracia fallido, que no redujo la pobreza, que más bien estableció una política de represión contra los movimientos populares y que más bien intensificó el incremento de la pobreza en la década de los noventa, cuando se creó el modelo neoliberal en el gobierno de Rafael Leonardo Callejas, que casi más bien, destruye al país.
Indicó que desparecieron a esas personas porque ellos soñaban con una Honduras con justicia social.
“A estos compañeros los mataron finalmente porque, entre otras cosas, todos soñaron con una Honduras con justicia social. Así que nosotros nos sentimos contentos de hacerle homenaje a estos compañeros y compañeras, a la memoria de su lucha, a sus familiares decirles que van a estar presentes en este museo, que la memoria, por una Honduras mejor que soñaron, va a estar latente en el Museo de la Memoria”.
“Yo estoy vivo gracias al Comité de Familiares de Detenidos y Desaparecidos en Honduras”, señaló el delegado del Poder Popular, Sergio Rivera.
Indicó que ser militante de izquierda y participar sobre todo en cualquier tipo movimiento, ya sea clandestino o público, era de un riesgo tremendo.
“A mí me tocó el ser del lado estudiantil, ir a una reunión y allá afuera te estaban esperando, te tomaban fotos. Había casi una característica común, aquellos hombres de lentes en moto, que te hacían un chequeo y que se relevaban. Y muchas veces tuvimos que irnos a refugiar al COFADEH”, relató Rivera.
Hay gente que vive gracias al COFADEH. Yo me acerqué mucho más al COFADEH en el proceso de querer recuperar con vida a un compañero entrañable, a Roger Samuel González, a quien yo no olvido y eso es un desaparecido que lo ando cargando siempre, a donde voy pongo una foto de él y eso, y todavía ya viejos andamos pegando afiches en la calle.
“La verdad es que este proceso lo vivimos junto al COFADEH, la huelga de hambre que se desarrolló. Acompañamos procesos para recuperar también diversos detenidos desaparecidos. Estuvimos en algunas exhumaciones”, recordó el delegado del Poder Popular.
Indicó que no hay cosa más terrible que ver a los parientes de un detenido desaparecido alrededor de un proceso de exhumación. “Es una cosa horrorosa, porque la incertidumbre, el pensar que no existe un lugar donde se le pueda ir a dejar una flor y que no es lo mismo que cuando hay una persona que es asesinada y que la entierran y todo. No quiero decir que eso no duele, pero creo que es más doloroso cuando ni siquiera saben qué pasó con ellos”.
“Todo detenido o desaparecido es casi seguro que antes de su muerte sufrió las más crueles torturas. El manual de la CIA que utilizaban es el mismo que utilizaron en Irak, cuando la guerra del golfo”, señaló.
Manifestó, además, que “creemos que el COFADEH ha sido incidente en la historia de del movimiento popular hondureño. No se puede hablar del movimiento popular sin mencionar al COFADEH. Créame, porque algunos todavía respiramos gracias a que la actividad del activismo de defensa de los derechos humanos de estas compañeras de este comité”.
Por su parte, el gerente del el Instituto Hondureño de Antropología e Historia (IHAH), Rolando Canizales, indicó que la ciencia histórica en Honduras ha estudiado muy poco la década de los ochenta, así que hay un sinnúmero de oportunidades de terreno virgen, como decimos, historiográfico, para comenzar a analizar desde la mirada de los historiadores todos estos fenómenos, donde hay muchas oportunidades desde el punto de vista teórico metodológico de fuentes, los archivos.
Señaló que en el ámbito externo se ve que Honduras era un remanso de paz, que no hubo derramamiento de sangre.
“Esa visión realmente sí se asentó en algunos círculos de la historiografía internacional y por eso también tenemos muy pocos investigadores extranjeros investigando la década de mil novecientos ochenta y lo que fue la violencia política en Honduras, porque se ve como que acá no pasó nada”, confesó Canizales.
Añadió que es una imagen que debemos nosotros de contrarrestar y, por supuesto, de construir para hacer ver que en Honduras también hubo violencia política, también hubo conflictos político sociales, también hubo resistencia popular.
Señaló que desde el estado, con acompañamiento también de organizaciones como COFADEH, vamos a ir saldando un poco esa deuda histórica, con el conocimiento histórico de este periodo, y ahí es importante que instituciones también como la que dirige el doctor Jorge Amaya, con políticas de investigación de estos temas, el Instituto Hondureño de Antropología e Historia, la Secretaría de Cultura, todas estas instituciones vayamos apuntando a ir llenando esas lagunas, esos vacíos de la historia de la década de mil novecientos ochenta.
“Yo sé que lo vamos a lograr con el esfuerzo de todos y todas, espacios como este museo, como la sala que se inauguró, es muy importante, porque son espacios desde los cuales también se puede reforzar esa política de investigación”, sostuvo.