Se cumplieron treinta años desde el 18 de julio de 1994. Ese lunes a las 9.53, un atentado destruyó la sede de la AMIA, el centro comunitario judío en Buenos Aires: 85 personas murieron, más de 150 fueron heridas y las vidas de miles cambiaron para siempre.
Tres décadas después, las víctimas, sus familiares y toda la sociedad argentina continuamos sin conocer la verdad. La propia actuación del Estado argentino impidió saber con certeza qué sucedió a través de la investigación judicial. Tampoco existe otro ámbito estatal que haya reconstruido lo que pasó. El 14 de junio de este año, en una sentencia histórica la Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado argentino por la violación del derecho a la vida por la falta de prevención del atentado, por no investigar debidamente ni el atentado ni el encubrimiento, por violar el derecho a la verdad histórica y el derecho a la información, y por sus responsabilidades en el encubrimiento, y le ordenó importantes medidas de reparación
Desde el CELS elaboramos un sitio web especial que reúne información y una mirada sobre lo ocurrido durante estos treinta años: las decisiones que se tomaron desde el primer minuto del atentado y que hicieron que sigamos sin conocer la verdad histórica, el rol de los servicios de inteligencia, los acuerdos entre funcionarios judiciales y del Poder Ejecutivo, estafas, expedientes inexpugnables, secretos que se sostienen a base de impedir el acceso a los archivos. También el camino judicial y sus laberintos, que llevaron a las víctimas a buscar amparo en el sistema internacional.
“AMIA, 30 años sin verdad” es un lugar adonde ir para construir algunas de las respuestas que aún no tenemos. Treinta años después, continúa la lucha por la verdad y la justicia.
