Las bancadas de joh y de salvador en el Congreso Nacional ganaron el miércoles la votación de un acta que ya habían perdido en mayo, y se vieron obligados a derogar dos decretos corruptos que habían aprobado en 2020 y 2021. ¡Qué cosas las de esta gente!
Sin embargo, con ruidos y fanfarrias, han tratado de presentar su derrota como victoria acuñando además la duda del golpe, azuzando nebulosas jurídicas, creándose condiciones para procesos electorales futuros.
Jodimos a Libre con la NO ratificación del acta del Fomento Andino y nos sacrificamos nosotros por la CICIH derogando dos de nuestros pactos de impunidad. Así piensan.
Con estúpidos malabarismos verbales intentaron engañar a los sencillos de frente e insultar la inteligencia colectiva del gran pueblo que superó al científico loco. Pero perdieron otra vez.
Así como perdieron la imagen sacra de su cardenal golpista en 2009 o el monopolio de la opinión pública en 2010, perdieron la votación del narco dictador en 2021 y perdieron en enero 2022 contra el pueblo que mantiene a Luis Redondo en la presidencia del Congreso. Y perdieron con Xiomara las movidas bajo la mesa.
Con un manojo de opiniones jurídicas serias e incluso consultas a la Corte Suprema de Justicia quedó clarito el miércoles que el Congreso Nacional no ratifica actas de sesiones anteriores ni repite la votación de ninguna sesión finalizada, sólo lee los hechos acontecidos, pide reconsideraciones de sintaxis o de ortografía si las hay, y aprueba según protocolo.
Si luego los empleados legislativos de los grandes evasores de impuestos se enojaron por la excelente exposición del joven ministro Marlon Ochoa, sobre la enorme injusticia e inequidad tributaria en Honduras, ese es otro tema que no modifica la votación. Es otro sentimiento de ardor que no cambia el acta. Otro chimón.
Lo más importante es que la pizarra electrónica del 16 de mayo, al final del tercer debate del dictamen de adhesión a la Corporación Andina de Fomento, tuvo 66 votos positivos de Libre, partido liberal y salvador juntos. Legalmente, el Poder Ejecutivo con ese total de voluntades sancionará y publicará la decisión en La Gaceta. Honduras será, entonces, el país número 19 de América Latina, más España, en sumarse a la membresía del CAF, que nació en 1970.
La pérdida de este debate jurídico y político, sin embargo, ha dado combustible a la política jurásica que otra vez mezcla el cebo con la manteca. Mezclan legalidad con leguleyismo, corrupción con impunidad, amnistía con narcotráfico, pretendiendo sacudirse el golpe.
A través de una gran sombría de democracia variopinta, que reúne por asalto las organizaciones de la asamblea general del CNA, incluidos los clérigos aleluyas, una chusma de élite amenaza hasta con un golpe de Estado que señale la ruta, pontificando que la suerte está echada. Y que la democracia renacerá en la Tierra de Morazán, perdón, quise decir de Tiburcio.
Esta es la misma chusma de élite que quiere mantener empleados a sus peones en el aparato del Estado, pero se opone a que el gobierno busque fuentes alternativas de financiamiento. Son demócratas golpistas, son liberales religiosos, son educados tontos. Son onegeístas independientes amamantados del imperio. Son una generación degenerada.
En los hechos, estos sectores amigos de la dictadura han tenido que tragarse la derrota moral de derogar sus propios decretos de impunidad en presencia de los expertos de la ONU que preparan la instalación de la CICIH en Honduras. Y para sobarse el cachimbazo, intentan meter en el mismo costal el decreto de amnistía que condenó el golpe y legalizó el Acuerdo de Cartagena en febrero de 2022.
Los pactos de impunidad 57-2020 y 93-2021 impedían a los fiscales hondureños y de la MACIH poder tomar los documentos de imputación a los corruptos y obligaban a los tribunales a declarar primero narcotraficante a una persona antes de tramitar sus juicios por lavado de activos, lo cual favorecía siempre a esta élite maldita del país.
Como sabemos, ninguno de los 40 canallas extraditados a Nueva York tenía siquiera denuncias por tráfico de drogas en tribunales nacionales. Varios de esos extraditados eran incluso diputados que habían aprobado personalmente esos pactos.
Anteayer, 112 diputados – incluidos sus colegas rojos y azules — levantaron convenientemente sus manos para derogar esos acuerdos impunes. Un alto porcentaje de estos actuales diputados habían aprobado esas marrullas en 2020 y 2021. ¡Qué cosas!
Estos perdedores patrocinadores del científico loco no pudieron parar en febrero 2022 la condena legal del golpe de Estado de 2009 y el fin de la persecución política a las víctimas de la resistencia nacional. Y ahora tratan de levantar otra vez esa bandera.
Esta chusma de élite que perdió los contratos de publicidad con el Estado, que se creían intocables porque la narco-dictadura les daba doble dinero con la Ley de perdón de impuestos a cambio de silencios, son en realidad la gente que divide a Honduras.
La amnistía a las personas perseguidas políticamente por jueces, fiscales, policías y medios de comunicación les estorba, porque es una ley que además mantiene abierta la puerta para juzgar a los responsables del golpe, a los asesinos y torturadores de la población que se declaró legalmente en insurrección en 2009, 2014 y 2017.
Tratan de equiparar el semejante pacto de los narcotraficantes corruptos con la ley que favorece a las víctimas de la violencia del golpe de Estado, no señores, no señoras, esto no es así.
Nosotras no extrañamos esa posición de Zambranos, Riveras, Laras o de sus adláteres, pero sí la extrañamos un poco de los diputados Mauricio Villeda y Maribel Espinoza.
En este punto los diputados de ceño fruncido, católicos al tuétano, seguidores de Oscar Andrés el golpista y formalmente providas y anti píldoras del día después, hablan con un tono agresivo, de venganza contra Kike Flores y contra Chimirri, especialmente, imputados por delitos políticos y conexos después del golpe político, religioso, militar, empresarial e imperialista. Y actualmente libres.
Villeda y Espinoza aprietan el ceño, cubren sus rostros con una monumental seriedad y después escupen tonos de pontífices, haciéndonos sentir a veces como humillados acólitos de las iglesias o plebeyos discapacitados de las tribunas romanas de la antigüedad.
De Villeda Bermúdez extrañamos, porque en 1980 servía como abogado a la causa del Comité para la Defensa de los Derechos Humanos en Honduras y lo teníamos como liberal de principios opuesto al método violento del golpe de Estado, de lo cual fue víctima su padre. De Espinoza Turcios lo mismo, creció en el hogar de un teniente coronel víctima de los golpistas que humillaron a Pajarito, con voz clara desde los escombros del partido liberal golpista.
Pero ambos diputados unidos por la historia de los golpes, ahora que sus planes políticos adultos no funcionan porque se sumaron en alianza a los perdedores, atacan la amnistía que beneficia a campesinos, estudiantes, pobladores, mujeres, indígenas, libres pensadores que resistieron la violencia de los golpistas fascistas del 2009.
Villeda, favorecido con la imagen mal construida de un padre político que utilizó como propias las demandas de la resistencia social de 1954, traicionó los principios liberales poniéndose de lado de los gorilas en 2009, y Espinoza de lado de aquellos que odian las personas defensoras del medio ambiente, financistas de la impunidad, golpistas.
Las víctimas de la violencia del golpe de Estado, aún sin justicia ni reparación, muchas aún sin libertad definitiva y en el exilio forzado, seguramente no van a permitir a ningún político nacional la comparación del pacto de los narcos con la ley de amnistía de febrero de 2022.
No dudamos que, para defender el espíritu de esa ley, cuya discrecionalidad está en poder de los jueces de la República, las víctimas irán en manifestación pacífica a las casas u oficinas de sus detractores, o al Congreso mismo, para hacer que se respete el derecho humano a cesar la persecución penal a quienes ejercieron la libertad en medio del caos provocado por los golpistas.
Si hay políticos nacionales impidiendo conscientemente la instalación de la CICIH, en solidaridad con los 40 ladrones extraditados a Nueva York, saboteadores del gobierno de transición democrática, lavadores de activos, socios de la viuda o del coyote mayor, deberían buscar otros argumentos, y nunca menospreciar el dolor y el sufrimiento de las verdaderas víctimas de la intolerancia y de la violencia política en Honduras.
La amnistía de 2022 no se toca, no se pacta. Buenas noches!
Editorial Voces contra El Olvido, sábado 15 de julio de 2023