Comparecemos este viernes a la Plaza de los Pañuelos Blancos con la alegría del reconocimiento a nuestra organización por el gobierno y el pueblo argentinos a través del Premio Internacional Emilio Mignone recibido el 24 de febrero por nuestra coordinadora general Bertha Oliva.
Este premio ha permitido al Cofadeh profundizar las relaciones de colaboración con el Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) fundado por Mignone y con el ministerio de derechos humanos y justicia dirigido por el extraordinario compañero Horacio Pietragalla.
Igualmente, venimos de profundizar nuestra hermandad histórica con las Abuelas y Madres de la Plaza de Mayo (línea fundadora), cuyas luchas ejemplares permiten a la sociedad argentina gozar hoy de un modelo exportable de justicia y defensa de derechos humanos.
En lo sucesivo, teniendo como marco el Acuerdo Bilateral de cooperación firmado entre ambos Estados, impulsaremos las iniciativas de memoria Histórica, de recuperación de monumentos ceremoniales y la edificación del Museo Regional contra el Olvido en la zona central de Honduras.
Tenemos la convicción de demandar a la comunidad internacional una reparación completa por los desastres humanos causados por la Operación Cóndor, incluido el robo de niños y las escuelas de tortura, exportadas a Honduras por militares argentinos, israelitas y estadounidenses.
El modelo de terror implantado por la CIA y el Departamento de Estado de Estados Unidos en 1980 en la zona norte con el CREM y en la zona oriental con la “Contra” no son objeto de olvido ni perdón. Las desapariciones y asesinatos cometidos deben ser reparados con verdad, justicia y con amor.
Al respecto, pedimos con anticipación a las bancadas de diputados representadas en el Congreso Nacional, que abran sus puertas y sus mentes a estos temas, y a los medios de comunicación les rogamos no volver a criminalizar nunca más a las víctimas cuando demandan reparación en aras de la reconciliación y la paz sociales.
En el séptimo aniversario del crimen contra Berta Cáceres hacemos un llamado a los autores intelectuales señalados por el Copinh y su familia como impunes pagadores que cesen la continuación de ese crimen.
Cada vez que intentan lavar su imagen, aprovechándose de visitas pactadas a la embajadora injerencista y de acuerdos financieros firmados con la frágil representación local de la ONU, continúan el asesinato ofendiendo a toda la sociedad hondureña que exige justicia sin blanqueo de reputaciones.
En contraste a esos métodos disfrazados de evasión de responsabilidades, la familia Cáceres y sus amigos en el exterior reportan intimidaciones directas de esos mismos personajes contra redactores y editores de la última obra sobre el crimen escrita en francés, español e inglés: quién mató a Berta Cáceres. ¡Así no se vale!
De los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón
Cofadeh, 3 de marzo de 2023
