REPULSIÓN A LA GUERRA

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El Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, COFADEH, dice presente este primer viernes de julio en la Plaza de los pañuelos blancos donde las víctimas de la desaparición forzada recuerdan al Estado su responsabilidad en los hechos desde 1979.

Hoy venimos a comunicar, una vez más, que el crimen de la desaparición forzada es una herida mortal en la conciencia profunda de Honduras y que los criminales responsables siguen impunes, olvidados por el Estado, pero jamás por sus víctimas.

Estamos aquí para nunca olvidar que la desaparición de personas por razones políticas o ideológicas es un delito cuya persecución penal no prescribe y que somos generación heredera del mandato de nuestros padres, madres y abuelas de exigir verdad y justicia.

También aprovechamos esta plaza pública para expresar en voz alta nuestra solidaridad a las familias que sufren la emigración forzada concluida regularmente en tragedia en territorio mexicano y estadounidense.

A la presidenta del país, Xiomara Castro, le pedimos que al momento de repatriar los cuerpos de las víctimas de esta tragedia continuada del modelo narco, que endeudó al pueblo, multiplicó la desigualdad y empoderó a fuerzas criminales sobre los territorios, pase un mensaje concluyente al Comando Sur y a la Casa Blanca.

Las mujeres y los hombres de Honduras seguirán en motivación de alejarse del país en tanto el costo de vida sobrepase sus capacidades debido a la presente guerra de Estados Unidos contra Rusia a través de la Europa blanca supremacista y debido a la insistencia de desestabilización y control de la sociedad a través de carteles y bandas.

Un país, ambiental y económicamente destruido por ese modo rapaz de producción de materias primas al norte insaciable, incluidas drogas y metales, no tiene la capacidad de comprar combustibles ni fertilizantes a precios fuera de órbita. Y, por tanto, no puede retener con promesas a su población empobrecida sedienta de dignificación.

El Comando Sur, que insiste en visitar nuestra Casa Presidencial con enfoques de seguridad regional anti chinos y promesas de cooperación militar, igual que la embajadora local, deben entender que la migración no se detendrá con amenazas. Y que, igual que Europa, se cargan de responsabilidad cada vez por las consecuencias trágicas que sufre la gente en sus intentos por ponerse a salvo de sus políticas coloniales.

Honduras esperaba otro tipo de reacción de Estados Unidos como responsable del golpe de Estado de 2009, que fue ejecutado para asegurar los negocios transnacionales, el tráfico ilegal y las plataformas militares sobre el territorio. Esperábamos tacto en las relaciones, al menos un cambio de lenguaje hacia las autoridades y el pueblo, y propuestas inteligentes para iniciar la transición de la tragedia narco-corrupta hacia la dignificación colectiva. Pero hemos sido decepcionados.

Las primeras comunicaciones ligeras e intervencionistas de la diplomacia local frente a las acciones de recuperación de la soberanía jurídica y económica sobre bienes nacionales, y la insistencia del #SouthCom en palabras deshilachadas como seguridad regional, derechos laborales, migración, triángulo norte, asistencia militar, no aportan a una espera deseable.

¿Apoyo militar para qué? ¡Si todo el respaldo a personal uniformado en los últimos años sirvió para facilitar el transporte y la producción de drogas! ¿Derechos laborales? ¡El Comando Sur asegurándose con las armas la explotación de la fuerza humana para el mercado! ¿Seguridad regional? Esto no puede ser, ya sabemos que además de reprimir en fronteras la expresión incluye invasiones y golpes de Estado. ¡Ya basta!

La Casa Blanca, ese otro ministerio de relaciones exteriores que opera desde el Pentágono, y las demás agencias del gobierno, nos quieren encerrar de nuevo en un gran patio con guardias armados para que no podamos cambiar nuestra Constitución, ampliar nuestras relaciones, abrir nuestros horizontes y decidir nuestra prosperidad.

Con todo respeto, sería deseable que se asesoren bien sobre cómo evitar – si eso les importa – la profundización de un sentimiento popular de malestar, de desconfianza y de rechazo en Honduras.

La humillación del jefe de su manada, extraditado en abril pasado, y la generosidad del pueblo estadounidense al acoger millares de trabajadoras y trabajadores hondureños en su territorio, no son suficientes para detener este ánimo crítico cada vez más atento a su política de relacionamiento errático con el pueblo de Morazán. ¡Esfuércense!

De los hechos y de los hechores Ni olvido ni Perdón
COFADEH

Tegucigalpa, M.D.C., 1 de julio de 2022