“Magdalena Morales” una lideresa campesina que buscaba justicia y era perseguida por el sistema de justicia hondureño

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«El líder que impone su opinión con gritos no sirve, no manda nada”  fue una de las últimas frases que la lideresa campesina Magdalena Morales compartió en un encuentro que organizó el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH) y la Central Nacional de Trabajadores del Campo (CNTC) en octubre del 2015.

Hoy quedan sus palabras producto de la lucha que enfrentó a lo largo de su vida por la defensa de los derechos humanos la tierra y el respeto a vida de sus compañeros y compañeras en procesos de recuperación.

“Las que tuvimos la fortuna de compartir con nuestra siempre eterna compañera Magdalena, podemos decir que tenemos otro certero golpe, ella siempre estuvo dispuesta a participar y acompañar los procesos de cambio estructural que el país necesita” expresó Bertha Oliva, coordinadora general del COFADEH, al referirse a la lideresa campesina, Magdalena Morales, coordinadora de la CNTC- regional El Progreso, quien falleció esta mañana, tras una lucha contra el cáncer y la falta de atención médica adecuada.

Magdalena enfrentó esta enfermedad, al mismo tiempo que era perseguida por las autoridades que la acusaban de usurpación de tierras, por solidarizarse con 1600 familias en procesos de recuperación de tierras en la zona norte del país.

«Estoy segura que si tuviéramos asistencia pública eficiente hoy no estuviéramos lamentando su partida, las quimios estaban fuera de su alcance», expresó Oliva.

Debido a la persecución judicial, Magdalena, debió andar huyendo, alejarse de sus hijos, incluso negarlos por su seguridad, sin embargo su ánimo y sonrisa no dejaban ver su enfermedad ni su situación legal.

En Octubre pasado, estuvo incitando a defensores de DDHH por la tierra del Bajo Aguán e indígenas Lencas de La Paz, en un encuentro organizado por el COFADEH y la CNTC, a formar liderazgos, para que la lucha por lo que les pertenece continúe hasta alcanzar la legalización de sus predios.

Aunque Magdalena se va, sin ver justicia, deja muchos ejemplos de fuerza, lucha, entrega, humildad, valor, buen humor, dignidad, persistencia, muchas amistades, entre otros.

Ella cosechaba su tierra, comía lo que producía, no se lamentaba de su situación de salud, sino del Sistema injusto con falta de oportunidades para la gente desposeída.

En el 203, fue encarcelada y criminalizada por la empresa azucarera AZUNOSA, hoy SabMiller, perseguida por defender la tierra, por defender la vida y el pleno derecho del campesinado a una verdadera reforma agraria.

Era una campesina desde siempre, residía en la finca “36 Guaymas” en El Progreso, Yoro.  Denunciaba los ataques a sus compañeras como el asesinato de la también dirigente y defensora campesina Margarita  Murillo (2014), en su caso refirió de la siguiente manera  “nosotras lamentamos que en nuestro país se nos violenten nuestros derechos, y que por querer vivir dignamente seamos criminalizadas y asesinadas, como lo que sucedió con nuestra compañera Margarita Murillo y muchas de nosotras que hemos sido criminalizadas por el derecho a querer vivir dignamente en nuestro país”.

También denunciaba que en Honduras hay más de mil mujeres criminalizadas, enjuiciadas y encerradas en las cárceles por querer defender el derecho a la tierra, al agua, al bosque de nuestro país.

Desde su experiencia dejó muchos consejos

En el encuentro con defensores y campesinos que organizó el COFADEH, hace cinco meses, en San José, La Paz, instó a los y las asistentes a ser solidarios, que no piensen solo en ellos, sino en aquellos más desposeídos. Así mismo sucede cuando un compañero es criminalizado, no se puede dejar solo “yo misma enfrenté junto a 1600 familias, a ese monstruo – refiriéndose a la Transnacional Azucarera del Norte (AZUNOSA) de la compañía SABMiller, que la acusó por usurpación de tierras, daños y perjuicios continuados.

También dijo a los defensores del Bajo Aguán y La Paz, que deben visitar a las bases que están desanimadas, que insistan en que se capaciten, pues en la vida siempre van a encontrar oportunidades, y sobre todo que aspiren a ser comunidades autos sostenibles.

“Entre todos vamos a lograr lo que nos proponemos, pero solos no” enfatizó Morales.

Ser defensora de derechos humanos no es fácil, como mujer muchas veces toca alejarnos de nuestros hijos, porque si una corre peligro, también lo pasa la familia, pero este compromiso es con muchas personas y por eso hay fuerzas para continuar.

Magdalena insistió en que, hay que tener paciencia y ser solidarios con sus compañeros, en la CNTC actuamos como un equipo de futbol, si uno falla perdemos todos, si uno se esfuerza es a nombre de todos. Muchas veces hay que fingir la sonrisa, pero solo nosotros sabemos cómo andamos.

También considera importante la formación académica, pues ella misma perdió oportunidades por no tener un grado de escolaridad requerida, sola algunos años de educación primaria, y si se educan hay más oportunidades, pero debe ser pota fortalecer la defensa de la tierra, de la alimentación y de la vida.

“Una persona no capacitada es una persona perdida, hay gente que no acepta consejo, esa persona no va a llegar a nada. El líder que impone su opinión con gritos no sirve, no manda nada” finalizó la lideresa campesina, que esta mañana ha partido de esta tierra, por la que tanto luchó y donde deja muchas semillas sembradas mediante su lucha y ejemplo.