Nos unimos al duelo del compañero Pablo Cala

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El Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), a través de su coordinadora general Berta Oliva, hace extensivas sus muestras de solidaridad en este momento de duelo al compañero defensor de derechos humanos, Pablo Cala, ante la partida eterna de su progenitor José Pablo Cala, en Colombia.

Desde que el compañero y hermano en la lucha por la Memoria Histórica de nuestros Detenidos Desaparecidos, pidió oraciones y todas las energías positivas ante el estado de salud de su padre, debido a los contagios por la pandemia del Covid-19 y la falta de servicio/equipo médico para el debido tratamiento, nos unimos a su petición.

«Necesito de todas sus buenas energías, oraciones, del buen pensamiento que aletea en las alas del colibrí, de la fuerza de la vida, de la amorosa solidaridad…»

Hemos compartido sueños, anhelos, proyectos, luchas, conversaciones y esperanza con Pablo Cala, representante de la Fundación Hasta Encontralos, de Colombia, y en este mismo espíritu fraterno nos unimos hoy, y mientras perdure su duelo.

Continuamos denunciando el precario sistema de salud y trato para nuestros seres queridos, en Estados donde el Ser Humano no es su prioridad, mientras seguimos despidiendo valiosas vidas que aún podrían aportarnos su valiosa experiencia para un mundo mejor que dignifique a los más desposeídos.

Compartimos el mensaje que publicó esta mañana, Pablo Cala, para honrar y despedir a don José Pablo, quien va al encuentro con el amor de su vida «Merceditas:

Mi papá falleció en su cuerpo, pudo más el virus de la pandemia y el sistema, no se logró una UCI, a pesar de decenas de buenas voluntades intentando conseguirla, a ellas nuestra gratitud.

José Pablo fue a reencontrarse con el amor de su vida, con Merceditas, eso es lo único que tranquiliza ahora, esperando que nos sigan apoyando desde donde estén, en seguir persistiendo en hacer realidades los sueños.

José Pablo nació en Santander, se hizo en la costa caribe desde muy joven, se enamoró de Merceditas y lo confesó a través de decenas de cartas enviadas desde diferentes puertos del mundo, cuando lo recorrió en un barco, siendo marinero… Negrita, te quieres casar conmigo? Y el hombre vestido de blanco llegó a su puerta, se vieron a los ojos, se juraron amor eterno y se fueron a Cartagena. En el barrio Crespo y luego en Tacarigua, allí los hijos, Pablo, Gloria y David, siempre en rebeldía con el mundo, soberbio, perseverante, trabajador y honesto, sus sueños se hacían realidad, y hacia realidad los sueños de otros… La fachada de la casa que estaba en uno de los libros del Mundo de los Niños, fue la fachada en la casa del barrio Buenos Aires, solo por complacer el deseo de sus hijos. Terco y solidario, nunca dejó de ayudar a alguien, siempre compartió el pan y eso lo hizo ser más.

Hoy se fue en la madrugada, cuando aún tenía fuerzas para vivir unos 20 años más… Ahora desde Bucaramanga, saldrá al encuentro con su amada en aquél pueblito viejo donde un día se conocieron.

Te amamos, José Pablo Cala Cala, tus hijos, tus nietos, nueras y yerno.

Gracias a Martica y Alejandra, que estuvieron con mi papá cuidándolo los últimos años.

Besos y abrazos, papá

Te amamos

12/junio/2021, Bucaramanga, Santander