REABRE EL GRAN MERCADO EN LA CRESTA DE LA PANDEMIA

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El Comité de Familiares de Detenidos – Desaparecidos en Honduras compareció ayer “de cualquier modo” a su plantón mensual contra el olvido, la impunidad y la injusticia.

Como siempre, la organización humanitaria aprovechó la ocasión para leer en grandes trazos el país de los últimos 30 días.

La primera lectura del Cofadeh fue por sus seres queridos cuya desaparición continúa siendo un delito perseguible en cualquier tiempo. La segunda lectura fue contra el Estado, cuya responsabilidad en los hechos no se extingue mientras éste no sea capaz de juzgarse por los crímenes atroces cometidos contra más de 200 seres humanos, verdaderos héroes y heroínas de la Patria.

El Comité aclaró de entrada en un texto público que La Plaza La Merced es un lugar de encuentro para la esperanza y no un muro inútil para lagrimar el pasado, es más bien – dijo — un espacio para tertuliar el futuro.

En ese sentido, la organización de víctimas de los ochentas anunció que se sumará a las acciones jurídicas venideras para anular la vigencia del Código Penal, por inconstitucional, abusivo y perverso, porque profundiza la conflictividad nacional ya precaria desde hace 11 años.

“Hoy no estamos aquí para lamentar la divulgación de la cadena perpetua de Tonny Hernández hasta septiembre en Estados Unidos, escribió el Cofadeh en su comunicado público, estamos aquí para condenar el racismo estadounidense que tiene en llamas otra vez a ese país vendido de falso modelo democrático.

Toda nuestra solidaridad, dijo la organización, con todas las multitudes negras, blancas y mestizas que están juntas en las calles para exigir el fin del abuso sistémico supremacista de la policía gringa, y demandar una solución sin intervención de fuerzas militares de ocupación estatales y federales.

Enseguida la publicación del Cofadeh citó al político local, Salvador Nasrralla, quien ayer preguntó a los hondureños si recordaban la firma de un acuerdo fascista entre Trump y Hernández el año pasado para imponer a Honduras la categoría ridícula de “país seguro”.

La cita de Nasrralla era en dos sentidos; el primero, recordar que Hernández estaría en proceso de demorar legalmente su extradición a Nueva York por supuestos crímenes de narcotráfico y lavado, y el segundo, denunciar la deportación de migrantes negros Haitianos que intentan llegar en caravana al territorio estadounidense. Un acto de auténtica barbarie y de racismo vandálico.

A párrafo seguido, la publicación del Comité cita un pensamiento satírico del luchador social canadiense, Grahame Russell, quien denuncia en sus redes sociales el cinismo de los blancos, ricos y cristianos de Canadá y Estados Unidos preocupados por los vidrios rotos, los carros quemados y las tiendas saqueadas en algunas ciudades, como si no fueran ellos quienes realmente han saqueado al planeta desde hace 500 años destruyendo el aire, las tierras, las aguas y las vidas humanas.

Ellos son los saqueadores, dice Grahame al repetir el pensamiento de la resistencia negra estadounidense, son ellos a quienes hay que sacar de todas las posiciones de poder, influencia y toma de decisiones.

Las palabras de Salvador y de Grahame llegaron en medio de esa tragedia humana en Norteamérica y en medio de esta otra tragedia sanitaria en Honduras, donde no se acepta ningún tipo de heroísmo de los militares porque dirigen una pandemia con más de 6,000 casos positivos, más de 160 manifestaciones reprimidas, y 250 muertos al menos.

Nosotras no aceptamos siquiera un instante como concepto inteligente que el capitalismo salvaje reabra sus negocios en medio de la cresta de la primera ola de contagio, dijo el Cofadeh, que tampoco aceptó el traslado de la responsabilidad de la emergencia a las personas con una mascarita en sus bocas. El Comité describió el sistema de salud como precario, estigmatizado y abandonado y dijo que, por tanto, esta decisión del régimen de botar las trancas a la mitad del camino pone la economía de mercado por encima de la vida humana.

Nunca como sociedad había estado Honduras más expuesta a la expansión de un virus mortal ni jamás habíamos estado como ahora sometidas a una estrategia de miedo paralizante infundido desde un aparato corrupto, subrayó la organización fundada el 30 de agosto de 1982.

La dictadura aprovecha el confinamiento de la población para vandalizar los presupuestos nacionales, endeudar inútilmente al país y saquear como criminales esos mismos presupuestos, agregó, al tiempo que acudió al sarcasmo para decir si eso no es aprovechamiento inteligente.

El régimen es tan cínico que le abre las puertas a sus maquinitas capitalistas con algunas exigencias formales y mantiene, como norma de abuso y control ciudadano, las imposiciones de fuerza sobre la población general, denunció el Cofadeh.

Honduras ha sufrido más de tres meses de violación de derechos constitucionales de modo continuo, inclusive muertes violentas por el aparato de guerra que dirige la pandemia, un aparato que dispara a matar a los portadores potenciales del Covid19, remató el Comité.

El capital sigue enmascarado operando su misma lógica acumulativa, agiotista y especulativa, mientras más del 80 por ciento de la población vuelve a caminar lento entre la pobreza y la miseria de siempre, buscando sobrevivir, ilustró el comunicado de ayer.

Y al cierre del acto simbólico del primer viernes de junio, el Cofadeh reprochó el uso de la Biblia de los cristianos en momentos de apremio como lo hizo Hitler, como lo hace Trump en su laberinto y como también lo hacen los asesinos y narcos locales con sus pastorcillos asalariados.

No aceptamos la transferencia del miedo de las cadenas de radio y televisión a los púlpitos ni a los parlantes de los medios sometidos a la estrategia de manipulación oficial, porque de los hechos y de los hechores, ni olvido ni perdón.

Así terminó el Cofadeh, y así terminamos nosotros. Buenas noches!

Editorial Voces contra El Olvido, sábado 6 de junio de 2020