Tegucigalpa, Honduras.- “Pese al impacto de los golpes me mantuve de pie porque soy una mujer fuerte”, detalló Karen Díaz, una enfermera auxiliar que el viernes pasado fue impactada por dos bombas lacrimógenas lazadas por militares, a inmediaciones de la Universidad Pedagógica Nacional “Francisco Morazán” (UPNFM).
Díaz, quien está desempleada detalló en primera instancia en su cuenta de Facebook que “fui vilmente reprimida por la policía de Juan Orlando Hernández, policía cobarde que está contra su pueblo, y solo obedecen órdenes de este régimen”.
“Me lanzaron dos balas de goma directamente hacia mi cuerpo, pegándome una en mi rostro en el cual tengo una herida abierta y con profundidad, la otra bala pegó en mi pecho. Pero aun así no podrán callar mi voz de protesta y mi convicción de luchar por la liberación de mi pueblo RESISTIMOS Y VENCEREMOS”.
Este lunes 03 de junio, interpuso la denuncia ante el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH), para sentar precedentes, porque considera injusto que las fuerzas represoras del Estado ataquen de esta manera al pueblo, en este caso que se ensañen con las mujeres.
Ya en el marco del golpe de Estado del 2009, la enfermera fue víctima de persecución policial mientras participaba en una movilización contra el gobierno de facto de Roberto Micheletti Bahin, y la restitución del orden constitucional del derrocado presidente Manuel Zelaya Rosales.
En esta ocasión, Díaz fue impactada durante una protesta en el marco del paro nacional convocado por la Plataforma de defensa a la Salud y Educación, por la derogación de los decretos PCM 2019-26 y PCM 2019-27, entre otros.
“Las personas que disparaban vestían uniformes oscuros, con escudos, armas, cascos, protectores en los brazos y piernas y altos. Viendo imágenes eran militares de verde olivo. No hubo diálogo previo, sino que de un solo bombardearon a la población, que éramos más de cuatro mil personas, y habíamos avanzado unos dos kilómetros”, recordó Díaz, quien había caminado se la colonia Kennedy al sector de la UPNFM.
Detalló que, los militares estaban como a cuatro metros de distancia, el humo de los gases lacrimógenos impidió la visibilidad, lo que provocó que perdiera la ubicación para protegerse de los disparos y las piedras que lanzan los uniformados.
Recibió un fuerte impacto en su rostro y seguido cerca del cuello, pero hasta que sintió la camisa ensangrentada se dio cuenta que tenía tarida la cara.
“En eso empecé a sentir el pecho y el rostro caliente y mucho ardor. Del impacto también sentí que se me movió un diente, dándome cuenta que un pedazo del colmillo superior derecho se me cayó”. Karen Díaz
Pese al impacto de los golpes me mantuve de pie, y es cuando le pedí a mi hija que me tomara una foto para dejar evidencia del hecho, agregó. Y por esa misma razón acudió a la organización defensora de derechos humanos.
Denunció que, la fuerza represora es tan agresiva que ellos –militares y policías- les disparan directamente a una mujer, y al pueblo en general.
El COFADEH ha documentado violaciones a los derechos humanos en este marco de protestas por la defensa a los derechos a la educación y salud, especialmente en el último mes, que se ha unido a los médicos y docentes, estudiantes, padres y madres de familia, y otros sindicatos.