Se cumplen 6 meses del asesinato de Berta Cáceres Flores

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Tegucigalpa.

Por Marvin Palacios
A 6 meses de vil asesinato cometido contra Berta Cáceres Flores, sus familiares de la mano de Austra Berta Flores, madre de la dirigente indígena lenca, mantienen incólumes sus demandas de justicia.

Doña Austra Berta Flores, la ex  alcaldesa de La Esperanza, la ex gobernadora del departamento de Intibucá, la partera, la profesora, la madre, la educadora, la protectora de los débiles y defensora de los derechos humanos, ha tocado las puertas de las máximas autoridades del gobierno de Honduras para exigir justicia para su hija Berta Cáceres Flores.

La comunidad internacional también ha conocido de sus exigencias y le ha patentizado su solidaridad desde muchas naciones, porque el crimen contra Berta Cáceres Flores, también fue un crimen contra el pueblo lenca, un crimen contra el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH) y un crimen contra el pueblo hondureño.

Austra Berta Flores
Austra Berta Flores

Un crimen contra las comunidades indígenas porque Berta Cáceres Flores luchó por la construcción de su autonomía, por la defensa de la Madre Tierra, por los bienes comunes de la naturaleza y por el respeto a los derechos humanos.

Fue un crimen contra el pueblo, porque la dirigenta indígena fue asesinada porque opuso resistencia a los proyectos de muerte que de forma inconsulta se han instalado desde el Golpe militar del año 2009 en Honduras y dirigidos hacia el extractivismo y los proyectos hidroeléctricos, para llenar los bolsillos de unos pocos.

El que hasta ahora no se haya capturado ni enjuiciado a los autores intelectuales que planearon y financiaron su muerte, implica que estamos frente a una institucionalidad ineficiente y promotora de la venta de los recursos naturales y los bienes comunes de los pueblos originarios.

Los familiares de Berta Cáceres Flores exigen la creación de una Comisión Independiente de Investigación y la anulación del proyecto hidroeléctrico Agua Zarca del territorio lenca, que se instaló de manera inconsulta al igual que unas 50 concesiones para represas y proyectos eólicos.

Al igual que las ancestras del pueblo lenca, el espíritu de Berta Cáceres Flores acompaña a su familia y al pueblo lenca en su lucha por sus territorios y por su autonomía, porque ¡Berta no murió, se multiplicó”.