El Banco Mundial es una multinacional que ha puesto centenas de millones de dólares en inversionistas privados del Bajo Aguán, y ha cosechado toneladas de bellotas de palma africana, y racimos de plátanos y bananos.
Junto al BID, el Banco Mundial también ha entregado millones de dólares al Estado para imponer catastros municipales y leyes de ordenamiento, con el fin de convertir los territorios indígenas y garífunas en bienes de capital. Ahora impulsa una ley de consulta previa para completar su cuadro.
Como resultado de esa siembra el Banco y sus socios locales han cosechado algunos complejos turísticos en el litoral y hoteles cinco estrellas sobre los barbechos del pueblo negro caribe. Y muchas represas sobre las montanas indigenas lencas, pech y misquitas.
Y, al mismo tiempo, el BID y el Banco Mundial, invierten en la modernización de la Policía y el Ejército desde la Mosquitia hasta la frontera con Guatemala. Y han cosechado dos instituciones al servicio de los carteles del narctráfico internacional.
Pero en forma global, la cosecha criminal de toda esa inversión sôlo en el valle del Aguán redondea 150 asesinatos de líderes ambientales de base, dirigentes agrarios intermedios y presidentes de empresas camapesinas , que luchan por la tierra y la dignidad del ser humano.
Esto no tiene presedentes. El asesinato del lider del MUCA José Angel Flores y su companero Silmer Dionisio George, el miercoles anterior, sube al maximo peldano la persecucion de defensores en el Aguan. Ambos líderes campesinos gozaban de medidas cautelares otorgadas por la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, desde mayo de 2014. Ambos habian denunciado persecucion policial desde marzo pasado.
Frente a estos hechos de nada sirven ya las cartas al ministro de la policia corrupta ni al Presidente Hernandez. Todo indica que no les importa nada.
En toda Honduras, segun la organización Global Witness, han sido asesinados 101 activistas ambientales y de la tierra, entre 2010 y 2014. Mientras, las corporaciones toman control concecionario de casi todo el territorio nacional.
Concretamente el crimen contra Flores y George es cometido mientras el Banco Mundial traza una ruta de solucion pacifica del fonflicto agrario en la zona junto a la controvertida corporacion Dinant. Ganan tiempo mientras otra forma de solucion de conflictos se infiltra entre las palmeras.
La marca de sangre de estos lideres de la tierra es colocada sobre el fallido trabajo de una Comision Especial que investiga supuestamente las muertes violentas del Aguan, con apoyo de Estados Unidos. Y sobre grupos de delincuentes protegidos en la zona.
Ademas, este crimen es cometido a cinco meses de los aterradores testimonios de desertores militares que integraban un escuadron de la muerte en El Aguan, que mantenian en lista a liderazgos sociales regionales y nacionales encabezados por Bertha Caceres.
Esos testimonios, que fueron ofrecidos al Cofadeh y al periodico ingles El Guardian, revelan practicas de infiltracion y penetracion de organizaciones por ordenes del gobierno. O con su complicidad.
El crimen de Flores fue precedido de infiltraciones a su movimiento, asi como hizo un agente de inteligencia de Casa de Gobierno dentro del COPINH antes del crimen de Berta.
Esta misma practica esta siendo denunciada ahora por los catedraticos Sergio Rivera en la Universidad Nacional y Mario Argeñal en el Instituto Departamental de Oriente.
El licenciado Rivera denuncia al capitán Roger Flores Aguilar, jefe de la empresa de seguridad privada (ESPA), y el profesor Argenal responsabiliza a la Junta Interventora del Instituto de Oriente.
De modo que el momento de las cartas a las autoridades de las mafias se termino. Es hora de pasar el activismo internacional contra la garganta de los bancos que financian la violencia. A sus socios, y a sus paraisos fiscales que la conscienten o estimulan.
Las muertes violentas en Honduras por culpa de esos actores son un problema del planeta, un asunto de toda la humanidad. De modo que la humanidad debe volverse contra los responsables que son locales, pero que estan en Washington, Otawa y la Union Europea. A trabajar, entonces, contra el BCIE, el BID, el Banco Mundial, el FMO, y sus secuaces.