Marta Vásquez nos enseñó a ser mujeres de amor pero con verdad: Berta Oliva

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Tegucigalpa.

Por Riccy Ponce
«Siempre tenía una sonrisa de amor, pero con mirada firme, pudo derrotar a los responsables, a los criminales argentinos, con el conocimiento, con la sonrisa, con la verdad, pero sobre todo con la determinación».

Así describe Berta Oliva, coordinadora del Comité de Familiares  de Detenidos  Desaparecidos en Honduras (COFADEH), a Marta Vásquez, presidenta  de las Madres de la Plaza de Mayo Línea Fundadora, en Argentina, quien falleció el fin de semana anterior a los 90 años de edad.

Vásquez luchó por conocer el paradero de su hija y también de su nieto, dado que la joven fue desaparecida por la dictadura de Jorge Videla (1976-1983) cuando estaba embarazada y trabajaba como psicopedagoga en el apoyo escolar, en una villa de Bajo Flores.

Desde 1976, junto a su esposo, José María Vázquez, buscó a su hija y a su nieto o nieta en el país y en el exterior, sin lograr obtener información sobre su paradero ni el de los responsables de su secuestro y desaparición.

Además de conducir a las Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora, Vázquez estaba al frente de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (FEDEFAM), desde donde realizó grandes aportes a la redacción de la Convención Internacional contra la Desaparición Forzada de Personas.

Muchas personalidades a nivel internacional se han sumado al dolor, recordándola como “una luchadora coherente por los derechos humanos”.

Para la coordinadora del Cofadeh, Marta Vásquez nunca negó una sonrisa, ni siquiera a los perpetradores del crimen que cometieron contra su hija y contra su familia «nunca  les negó una sonrisa», reiteró Oliva.

Marta Vásquez inició su lucha por la verdad y con un sólo grito de exigencia para los torturadores y ese mismo grito se escuchó en todo el continente “vivos se los llevaron vivos los queremos”.

Junto a las Madres de la Plaza de Mayo, encaminó su lucha por verdad y justicia en abril de 1977,  y tras 40 años de incansable búsqueda de su hija, también falleció con los brazos vacíos  como muchas madres en el continente, que a su paso no encontraron respuesta.

La defensora de derechos humanos falleció el pasado 18 de noviembre a los 90 años, y su muerte enluta a todas las mujeres argentinas que luchan por descubrir el paradero de sus hijos y nietos.

Herencia para la humanidad

Berta Oliva | Foto: Giorgio Trucch
Berta Oliva | Foto: Giorgio Trucch

Marta Vásquez fue una de las impulsoras para la creación de la Federación Latinoamericana de Asociaciones de Familiares de Detenidos-Desaparecidos (FEDEFAM), la cual lideró y compartió lucha y unió esfuerzos con el Comité de Familiares de Detenidos Desaparecidos en Honduras (COFADEH).

Asimismo trabajó en la redacción de la Convención Internacional contra la Desaparición Forzada de Personas, la cual fue votada en Naciones Unidas, gracias a lo cual la desaparición forzada fue declarada crimen de lesa humanidad.

Berta Oliva, coordinadora del Cofadeh, quien compartió momentos con Marta Vásquez en esta lucha por la verdad, justicia y no repetición de los hechos de lesa humanidad. La presidenta de Madres de Plaza de Mayo-Línea Fundadora “nos enseñó no solo a amar, sino  a exigir”, declaró.

Durante fungió como presidenta de FEDEFAM, Marta hizo tres viajes a Honduras, en los momentos más críticos y las crisis más grandes que tenía COFADEH, recordó Oliva, «siempre vino a darnos su sonrisa, su apoyo, hizo incidencia para  el trabajo  que nosotros realizamos en materia de  búsqueda de verdad  y justicia”.

Entre sus memorias, Bertha Oliva, guarda aquella llamada de un lejano país, pero cercano en solidaridad.

«Cuando se dio el golpe de Estado político-militar-empresarial en 2009, una de las primeras llamadas de familiares del continente que recibí fue el de Marta, yo me sentí totalmente alagada.  Ella me dijo, si estás en peligro sólo avísanos y nosotros vamos a ver como movemos cielo y tierra para que tu peligro sea menor”.

Allí tememos una mujer latinomaerica con un alma grande, pero sobretodo con una dignidad latinoamericana y mundial como pocas y hemos perdido una grande, señaló la Coordinadora del Cofadeh.

Marta es sólo una de las miles de madres del continente que se fue con la esperanza de saber ¿Qué  pasó con su hija y nieto? de quienes no volvió a saber nada, como han muerto la mayoría de las Madres de los pañuelos blancos en Argentina.

igual realidad viven las madres de los detenidos desaparecidos en Honduras, que caminan con los brazos vacíos llenandolo de esperanza, no olvidando y manteniendo viva la memoria de sus familiares detenidos desaparecidos. Si hay alguna distinción entre estas madres, es su nacionalidad, pero de la cuan han roto fronteras con sus abrazos.

Su último pensamiento

Marta VasquezBerta Oliva dijo a www.defensoresenlinea.com que “estoy segurísima que el último pensamiento de Marta fue que FEDEFAM y su organización como Línea Fundadora no muera y también las organizaciones que formábamos parte de ella. Marta nos deja un legado de vida enorme”.

Este 2017 se cumplieron 40 años de estas mujeres en las calles, desconfiadas de los políticos, denunciantes de las violaciones a los derechos humanos y la militarización, ellas continúan demandando que se abran los archivos “no abren esos archivos, porque tocan a políticos que siguen además estando en el candelero y siguen actuando”, declaró en unas de su visita al COFADEH, Nora Cortiñas, madre de Carlos Gustavo Cortiñas, militante del Partido Peronista en la villa 31, fue detenido-desaparecido en Buenos Aires, Argentina, el 15 de abril de 1977.

Las madres de la Plaza de Mayo –llamadas así porque se manifestaban en dicho lugar frente a casa de gobierno- afirman que no hay olvido, no hay perdón, no hay reconciliación de ninguna manera, tiene que haber justicia, por eso ningún familiar, ni padres, ni madres, nunca han pensado en venganza, sino sencillamente en la justicia, y la verdad como el camino para la justicia.

Y en esa misma búsqueda de verdad y justicia el COFADEH con las Madres de los Pañuelos Blancos que desde 1982 se plantan en la Plaza de los Desaparecidos en el centro de Tegucigalpa, las abraza solidariamente, deseándoles fortaleza para continuar en esta lucha por la reparación de las víctimas, la no repetición y el nunca más.