LOS HECHOS DE LA SEMANA

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Nació el Comité Nacional para la Liberación de los Prisioneros Políticos en Honduras, arribaron altos ejecutivos de Washington a comunicar personalmente a la dictadura los términos de su participación en la invasión a Venezuela, y la renuncia forzada de Juan Jiménez Mayor, el portavoz de la MACCIH.

Estos tres hechos no son casuales. El Comité Nacional para la Liberación de los Prisioneros Políticos surge porque la dictadura generó desde noviembre 2017 más de 100 casos hasta la fecha y va a producir más prisioneros, y es necesario tomar medidas preventivas.

Hasta la fecha fueron encarceladas 22 personas después de participar en manifestaciones pacíficas contra el golpe electoral en distintas ciudades de Honduras, y 80 personas más enfrentan procesos criminales por la misma razón en todo el país.

Por tanto, el Comité Nacional ha surgido para demandar la liberación inmediata de todas estas personas que cumplieron con su derecho constitucional de rechazar la imposición de resultados electorales fraudulentos, y desobedecer a las autoridades impostoras, ilegales e ilegítimas.

La iniciativa ha sido tomada por una coalición de organizaciones magisteriales, campesinas y de derechos humanos con el liderazgo del Cofadeh, en una coyuntura particularmente crítica.

Estados Unidos envió esta semana al señor Jhon Creamer a pasar mensajes personales del general Kelly al dictador, para utilizar vulgarmente a Honduras en la estrategia de agresión militar a Venezuela.

Un régimen frágil, ilegítimo, tomado de los cojones por sus delitos múltiples, dice sí a todo aquello que ordena su domador.

Y precisamente fue la respuesta del Estado obediente en la ONU al votar por los caprichos de Israel de cambiar su embajada a Telaviv, Lizy Flores Facussé dijo sí, también dijo sí la canciller de la dictadura en el Grupo de Lima contra Venezuela, y luego vino la presión en la OEA para derribar la MACCIH con el sí de Almagro.

Los corruptos aprovecharon la visita de Creamer para pedirle que a cambio de agredir a Venezuela la mafia de Washington ordenara la capitulación de Juan Jiménez Mayor, el valiente peruano vocero contra la corrupción y la impunidad en Honduras.

En una triangulación de alta velocidad, sin tiempos de burocracia, como un rayo, los acontecimientos culminaron con la salida de Jiménez Mayor el viernes.

La mafia golpista, corrupta y criminal, buscó la protección por el robo al seguro social, el asesinato de Bertha Cáceres, el uso de los bienes quitados al crimen organizado y su participación directa en los carteles narcos de Cachiros y Valles.

Estos tres hechos de la semana que nada han tenido que ver con el amor y la amistad, marcarán también los días que vienen.

Tenemos que evitar el linchamiento judicial de los opositores sociales y políticos encarcelados por la dictadura. Tenemos que repetirle a Estados Unidos que pueden seguir con su dictadura corrupta, narcotraficante y asesina en Tegucigalpa, pero que no puede contar con el legítimo pueblo de Honduras.

El viernes las fuerzas políticas de oposición – PINU, LIBRE y Partido Liberal – dieron un ejemplo de unidad frente al desmantelamiento de la lucha anticorrupción. Emitieron un comunicado conjunto para respaldar al equipo de Jiménez y pidieron colmillos a los países donantes para fortificar la MACCIH en su lucha contra las puercadas que dirigen la dictadura.

Necesitamos más gestos y actos de unidad como estos frente a la dictadura criminal que tenemos en frente, y también necesitamos decir a los gobiernos que sostienen con dinero, legitimación política y armas a los delincuentes que ellos son igualmente responsables. No lo olvidaremos jamás.

Y dicho sea de paso, al pueblo de Morazán no van a vencerlo.

Editorial Voces contra El Olvido  del Cofadeh.
Sábado 17 de febrero 2018