Elección del Fiscal General, retos y desafíos

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El miércoles la coordinadora general del Comité de Familiares de Detenidos-Desaparecidos en Honduras, Bertha Oliva, compartió panel con destacados profesionales sobre la sucesión o el continuismo en el Ministerio Público.

«Enfrentamos la situación peligrosa de no hacer nada porque de todas maneras ya sabemos lo que va  a pasar, o de hacer algo y con ello legitimar el juego», desafió Oliva cuyas ideas resumimos aqui.

Primera idea: aclarando las cosas

El reto está en la cancha de ellos. Ellos nos retan con el propósito claro de protegerse como élite corrupta e impune y de usar, a la vez, la figura del Ministerio Público como batallón de omisiones y de ataques contra la sociedad.

El desafío está en la cancha de nosotros la ciudadanía. Enfrentamos la situación peligrosa de no hacer nada porque de todas maneras ya sabemos lo que va  a pasar, o de hacer algo y con ello legitimar el juego.

Segunda idea: los otros jugadores

Como sabemos, Honduras es un Estado intervenido: por las Naciones Unidas a través del Alto Comisionado; la OEA a través de la MACCIH, y los Estados Unidos a través de la DEA, el FBI y su embajada directamente.

¿Cuál es el movimiento de estos jugadores en la cancha en este momento? Yo se los pregunto directamente esta mañana. Que nos respondan ellos.

Tercera idea: reelección o renovación

La misma nebulosa jurídica y política que rodea la imposturadel Poder Ejecutivo después de noviembre 2017, envuelve al Ministerio Público.

El actual fiscal inducido para la reelección sólo hizo aquello en lo que fue presionado por los jugadores externos y la élite que lo adoptó como suyo, pero nunca hizo lo que la sociedad le reclamó. Hizo lo contrario:

–       La sociedad le exigió requerir a los golpistas señalados como culpaables por las comisiones de verdad post golpe, pero no actuó. Ellos gozan de impunidad total.

-Las familias de las vícitimas de los asesinados por oponerse al fraude electoral le exigen proceder contra los militares, policías y paramilitares responsables, pero no actúa en esa dirección. Actua rápido a firmar órdenes de encarcelamiento de los opositores políticos a la dictadura.

–       Le exigimos detener la reelección presidencial pero la avaló.

–       Se le demandó proceder contra los millonarios que siembran terror en el litoral atlántico y en los valles de Sula y Aguán. Pero sólo procedió contra los campesinos y los garífunas que defienden sus tierras y territorios.

–       Los narcotraficantes fueron juzgados afuera porque en Honduras no tenían ni denuncias en su contra.

–       Le pedimos ir por los autores intelectuales del asesinato de Berta Cáceres, pero sabiendo que debe ir a los bancos y a la élite del gobierno, insisten en decirnos que los autores intelectuales están entre los ejecutores materiales.

–       Le exigimos no emitir una orden de extradición contra el estudiante Eduardo Urbina en base a evidencias de su no culpabilidad, pero insistió en hacerlo él personalmente para cuadrar con la Policía Militar y la Casa Presidencial que buscan carroña mediática.

Última idea: con combinación de fuerzas, es posible

La corrupción produce un enorme daño a las finanzas y a la moral pública, pero la anti corrupción produce partidos políticos, candidaturas fuertes, movimientos juveniles nacionales y alianzas internacionales.

Es un buen momento para sincerarnos, tanto los jugadores de intervención ya citados como nosotros. ¿Qué queremos?

¿Queremos lo mismo que estos mismos jugadores quieren en Guatemala?

¿Queremos un mecanismo de contención de la ira colectiva contra las élites neoliberales y militares en el gobierno, pero sin que nada cambie realmente?

Queremos ese show mediático que legitime la presunta actuación legal de un régimen ilegítimo?

No, gracias.

Yo quisiera que seamos sinceros en lo que queremos. Y eso estamos haciendo aquí, pensando, buscando repuestas…